lunes, 19 de abril de 2010

EL BANCO DE BARRANCAS


Permanecemos sentados en el mismo lugar y así como en la vida misma lo es, mucha gente va pasando.
Me senté en el banco de una plaza (o mejor dicho estoy sentada en este momento en el banco) y vi pasar muchas personas, algunas me llamaron la atención mas que otras; primero me encontré con un señor que pasaba su cartón de vino a una botella plástica, de echo me dijo esta para compartir . Después frente a mi banco se sentó una chica demasiado flaca, mucho mas que yo, para mi era encuestadora y como yo estaba aburrida me quede esperando a que se acerque a realizarme la encuesta, luego de unos minutos se paro y se fue.
Luego de unos minutos paso un chico caminando y cantando, tenia una voz muy linda yo creo que el debe estudiar canto o tal vez solo es lo que yo pensé. Dos minutos mas tardes paso un joven con una botella vacía en su mano, me pareció raro, por que el paso por al lado de un enorme cesto de basura, una de las opciones es que estaba distraído y pudo no haberlo visto y la otra es que se rehusé a la idea de tirarla, quizás la quiera conservar mas tiempo.
También apareció una señora que reposo en el banco solo para esperar a que el semáforo cambie y así poder cruzar. En el transcurso de mi estadía en el banco de barrancas un corredor paso muchas veces y siempre muy enérgico se mostraba, supongo que debe ser su recorrido habitual.
Pasaron dos minutos y un señor con pinta de corredor se acerco y me pregunto la hora, me pregunto si podía hablar conmigo, no parece que fuera hacerme daño, así que confié y le dije que si, me dijo su nombre (José) y le dije el mío, me pregunto que escribía y le dije de la vida, me dijo si algún día podíamos tomar un café, le dije que no por que no era de acá, siempre le respondí con tranquilidad, quizás buscaba una amiga, me levante y le dije que era tarde. En ningún momento sentí miedo, creo que al ser clara con el pudo entender y se quedo en aquel banco. Camine hasta la iglesia de Belgrano y me senté para continuar el relato, en un banco sin respaldo, así que esto de escribir en este banco me resulto mas incomodo.
Si me pongo a pensar o mas bien nos ponemos a pensar de mi estadía en el banco de Barrancas, nos encontraríamos con la vida misma, muchas personas pasan por nuestra vida, a algunas las llamamos con el pensamiento por que no nos animamos a dar ese paso, hasta que la persona se cansa de esperar y se va. Algunos otros pasan por la vida solo para alegrarnos con sus canciones y luego se van.
En algunos casos pasan personas que no nos atrevemos a soltar aun sabiendo que ya todo tuvo su minuto de fama y de echo puede suceder que no nos suelten. Podemos encontrarnos con personas que se queden solo por comodidad o que nosotros nos quedemos por comodidad a su lado. Y por sobre todas las cosas están esas personas que están siempre y con la misma forma, la misma energía.
Por ultimo podemos encontrarnos con personas que nos parezcan agradables pero que luego de un tiempo nos demos cuenta de que no eran lo que esperábamos. Y cuando cambiemos de lugar o de momento y vayamos hacia algo nuevo tenemos que dar por sabido que va a costar y que puede hasta resultar incomodo.

Asi me sentí yo en aquel banco de Barrancas.
16-04-10
15:29

2 comentarios:

  1. creo que el eceptisismo tiene que resolverse en dosis controladas jajaja me gusto este texto... aunque termine yo personalmente re bajon abrazo de gol! chauchas

    ResponderEliminar